7.12.10
Quizás me falta valor
Que bueno estaría que no exista la vergüenza. Bah... en realidad sería que no exista la vergüenza pelotuda, esa que limita las acciones potencialmente geniales que podría tranquilamente desarrollar, pero no me animo. No me animo no sé porqué realmente, porque decir que me dá vergüenza es una completa estupidez. Es más, no me da vergüenza; lo que no me dá es la cara lo cual me convierte en una pelotuda aún mayor porque cara tengo, y de sobra. No, no se imaginen que mi mayor ambición en la vida es caminar por Wall Street en tanga, con un sombrero de paja verde -aunque reconozco que esa es una actividad potencialmente genial- no voy a exagerar, no llegué a ese límite. Lo cuál lo convierte en algo mucho peor... son cosas insignificantes, y me dan vergüenza. Puta vergüenza.
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