Y mi heladera llena de chocolates, whisky y pastillas antidepresivas decorando mi mesita de luz. Tener una cama matrimonial y tener que despertarte sola cada mañana puede convertirse en algo realmente autodestructivo, más cuando las noches de insomnio se llenen con esos fantasmas varios que me van a tocar conocer. Casi casi pero no, como siempre... el estilo, lamentablemente, no lo voy a perder. Patético, voy a ser toda una señora patética. Justo como ahora, solamente con unos 40 años más-
Sí, qué futuro más prometedor. Que presente del orto.
¡Viva vivir!
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