10 + 8

15 minutos separan mis diecisiete menores años de mis responsables dieciocho. Los cumpleaños son fechas para bajonear si es que ese término existe, pero éste en particular es... diferente. Los diecisiete, para no perder protagonismo, hicieron de estas últimas semanas algo diferente.
Desde ya que a las doce no voy a tener a nadie esperandome con una torta de chocolate en forma de corazón, ni siquiera a mi mamá porque junto con la adultez viene la nostalgia de encontrarte en una ciudad gigante donde absolutamente nadie te conoce. Y mañana, cuando salga a la vereda, nadie va a notar nada diferente... únicamente estarán atentos a la lluvia que se espera caiga sobre Buenos Aires durante toda la jornada. Así que mañana voy a levantarme, comprarme legalmente un wisky y brindar por mí, por la vida que tengo y la que me falta vivir, porque me siento bien y hace rato que blogger no tiene noticias mías. Feliz cumpleaños Luciana, dejate de romper las pelotas y disfruta de todo lo que tenes que a vos te sobra.