23.12.09

Dear St. Claus

Nuestros papás son crueles, no hay otra. Desde que somos assí de chiquititos les encanta contarnos fantásticas historias que nosotros, con la inocencia y el convencimiento de que papá y mamá nunca mienten, creemos.
Papá Noel es quizás uno de los actores principales en nuestras fábulas infantiles, la amenaza perfecta que tenían nuestros progenitores para mantenernos controladitos y obedientes durante los 365 días del año y así, el 24 después de las 12, encontrar el regalito abajo del árbol. La culpabilidad de nuestros padres es compartida con los canales infantiles que desde el 1ro de diciembre te liman el cerebro con "Especiales navideños" y películas del Gordo Claus que acusan a los no-creyentes de cretinos, maniobra sucia si las hay para no levantar sospechas y acallar las rebeldes voces de ese compañerito de colegio que -con toda la razón del mundo- te contó que Papá Noel no existe. Obviamente lo callas y lo tratás de loco, o sea ayer a la noche viste "El expreso Polar" por Cartoon Network y toda posible duda se esfumó de tu cabeza... y así es como te mantienen, engañado, hasta que la cosa no da para más.
Acá es donde cuento mi frustrante historia con la navidad; nunca lloré tanto como cuando mamá me confirmo que el polo norte y los renos voladores eran parte de la imaginación y que ella era la responsable de hacer las compras navideñas. Entiendanmé: el mundo se me derrumbó de repente. Cada año yo pensaba en los pobres duendes artesanos que fabricaban los juguetes y me daban pena porque, por ejemplo, si yo pedía una Barbie les iba a costar un montón fabricarla y por ahí no les salía muy bien entonces generalmente los regalos elaborados se los pedía a los reyes que eran más piolas y los compraban en la juguetería, y a Papá Noel le pedía ropa o cosas más fáciles de fabricar. Y siguiendo con estos planteos locos que tenía en ese momento había un tema que no me cerraba... ¿Cómo podía Papá Noel entregar los regalos de todo el mundo al mismo tiempo? ¿Los renos usaban nitro? ¿Se teletransportaba? Ninguna idea respondía a mi interrogante entonces decidí preguntarle a mamá, que era la sabia de la casa. Inocentemente me dirigí hacia ella que en vez de darme una respuesta se me rió en la cara, en el momento no lo entendí y seguí en la mía pero la duda no se iba de mi cabeza entonces insistí, esta vez le escribí una carta. Mi carta si tuvo respuesta... esa respuesta no me gustó nada. Me enojé con todos en mi casa y me encerré en mi pieza porque eran todos unos mentirosos, me dijeron que Papá Noel no existía pero yo lo habia visto con mis propios ojos! Ellos eran los incrédulos y seguro la siguiente navidad en el arbolito iban a encontrar un pedazo de carbón en vez de un super regalo. Esa maldita carta me tuvo despierta como hasta las once de la noche -una barbaridad considerando que a esa edad yo me dormía a las nueve- y a la mañana siguiente lo comprendí todo: mi compañerito del colegio tenía razón. Fue duro, fue muy duro para mí.
9 años después me toca vivir otra navidad más, hoy ya me olvidé de escribir mi cartita y el regalo me lo dieron adelantado. Hoy ya no estoy enojada con mi mamá y me muero de risa con solo imaginarme el momento. Hoy me acuerdo de lo lindo que era esperar despierta hasta las doce y salir al patio para ver pasar a Papá Noel, de lo emocionante que era abrir esa caja gigante para ver qué me habian fabricado durante el año, del esfuerzo que hacía por portarme bien y recibir mi recompensa.
¡Que tengan una muy feliz navidad no-creyentes!
Espero mañana encontrarlos a todos ebrios durmiendo en la playa

2 comentarios:

  1. A mí me gusta la Navidad, y no me molesta la historia de Papá Noel... No sé, la mayoría de la gente a esta edad salta con que el invento capaitaslista, que nos engañan desde chicos, que la concha de la lora. Era re lindo terminar de brindar y salir corriendo para el living a ver si llegaba a agarrar al gordo puto ese que no sé por donde entraba (no tenía chimenea) ni tampoco como se iba tan rápido. Y cuando me enteré, no sé, no me molestó, es un juego, no una estafa. Ojalá tengan tdos una feliz Navidad, así como también unos felices 26, 27, 28, 29, 30 y 31 de Diciembre, anexando a ellos un fantástico 2010, de pies a cabeza.
    Te quiero amiguita, hoy me imagino que salís, así que te veo xD

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  2. Odio la navidad y no me molesta decirlo. Desde los 4 que sé que no existe Papa Noel , y ese rencor lo traslado a toda mi vida. Jaja. ¿Y cuál hay?

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