22.9.10

Los hombres que amaban a las mujeres.

Sentado en el rincón permanecía nuestro Romeo de la noche, más nostalgico que nunca observaba por la ventana las gotas caer. Era sábado y la música sonaba lo suficientemente alto como para consolar las penas de más de un pobre corazón, pero no al suyo. No, no existían razones para disimular la profunda pena que lo estaba consumiendo.
 Los hombres enamorados para mí siempre fueron un misterio y este ejemplar me llamaba particularmente la atención porque se le notaba y mucho. No podía desaprovechar semejante oportunidad, entonces me acerqué para observarlo más de cerca. Sin intenciones de disimular mi interés le pedí la silla que con su pie estaba ocupando y con el mismo entusiasmo que uno utiliza para saludar a alguna persona no-grata me respondió un monótono -Eh, sí tomá-.
 Le dediqué mi atención los siguientes 15 minutos y él no parecía siquiera notar mi cercana presencia. Con la cabeza contra la ventana y la mirada perdida dibujaba un corazón en el vidrio y escribía en letra cursiva un Aye te amo. Y yo se lo creía. La amaba demasiado, tanto que ahí estaba, sentado con su pena un sábado a la noche en un reconocido bar de la calle Alem. Era una imagen patéticamente conmovedora, no conocía los hechos que lo habían llevado a estar así esa noche y sin embargo con solo verlo no podía comprender qué era lo que pasaba por la cabeza de Aye. ¿Qué terrible error podría haber cometido como para merecer semejante castigo? ¿Cómo se atrevía esa despechada a dejarlo así, tan miserable y triste? Ni el alcohol ni las peligrosamente atractivas mujeres alrededor lograban distraerlo de su tarea y por primera vez sentí que estaba sentada frente a un hombre enamorado en estado puro.
 Alguna vez supe decir que el amor cuando es hipócrita se nota... bueno, este no era particularmente el caso. Era real y sincero y cuando eso sucede, se nota aún más.

2 comentarios:

  1. El unico posteo del blog que no me gusta. Todo bien con el amor pero tampoco la boludez.

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  2. Era pata, ahi te gusta más? jajaja

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