Debo decir, sin intenciones de alardear, que por más de que no todos los días se me antojaba jugar a la vendedora simpatiquísima, lo vengo haciendo desde el primer día. He soportado viejas indecisas, he colocado aros en orejas infectadas, con pus o llenas de cera sin poner cara de asco, he desarmado todo el local con tal de vender un par de aritos de fantasía entonces me pregunto ¿Porqué hay cierta gente que nunca puede irse del local conforme? Y no solo eso, sino que siente la necesidad de ir a quejarse con mi jefa de lo mal que se atiende en mi local... Claaaro, no me alcanza con los reclamos y las caras de orto de los miles de turistas sino que ADEMAS se le suma el sermon de la oriental y su irritante voz diciendo "EL CLIENTE SIEMPRE TIENE LA RAZÓN CHICAS, LA BUENA ATENCIÓN ES NUESTRO CAPITAL Y DE ESE BENEFICIO GOZAMOS TODAS" Sisi, además de creer que soy una mula también me considera lo suficientemente pelotuda como para mentirme sin disimulo porque si mi sueldo fuera proporcional a las ventas me alcanzaría con el sueldo de enero para mantenerme el año entero.
Me gustaría que pudieran conocer a la mala vendedora que puedo llegar a ser, más de uno se sorprendería así que si con la atención no está conforme señor, quisiera hacerle saber algo: VAYASE A LA RECONCHA DE SU MADRE Y COMPRELE CADENAS DE PLATA A SU JOYERO DE CONFIANZA, QUE SEGURO LO ATIENDE BIEN, LE MUESTRA TODOS LOS MODELOS Y SI SU COMPRA ES IMPORTANTE TAMBIÉN LE HACE UN PETE DE REGALO.
-Hasta luego, gracias por su compra.
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