4.10.09

Quiero que puedas ver lo que esto pudo ser.

Hoy me voy a alejar de las metaforas y rimas baratas porque me acordé de esos tiempos donde moría por él, mi amor platónico.
El más platónico de todos mis amores se llama Tomás. Si, canta en una banda: Infierno 18; tal vez les suene ahora pero les aseguro que hace un par de años no eramos muchos los que conociamos de la existencia de este trío de adolescentes que con su punk-rock californiano me hacian olvidar los malos momentos que debía afrontar en aquel entonces.



Fue con "perdiendonos otra vez" que los descubrí, junto con Blink 182 era mi combo preferido. Pasaron varios años hasta que los vi tocar en vivo y fue ahi donde lo tuve frente a frente: hermoso. Me encantaba Tomás antes de conocerlo, imaginesé mis días después de conocerlo... Es que era perfecto ¿Cómo resistirse a esos brakets brillantes? Mi pieza era mi santuario y tenia fotos de ellos por todos lados, despertarme y verlo ahí a Tom (aunque sea en figurita) me hacia feliz.
Fueron 7 las veces que los vi en vivo, fueron horas y horas las que pasé escuchandolos y si bien con Tom no me quedé, gracias a Infierno 18 conocí a varias personas que hoy me alegro de tenerlas conmigo.
Ya no tiene 16 años, ya no lleva el piercing en la nariz y en lugar de brakets tiene una sonrisa perfecta. No lo volví a ver con su gorra negra de los ramones y el lugar que sus fotos tenían en mi pared fue lentamente reemplazado. Creció, ahora Tomás es un rockstar de las grandes ligas y todas las chicas le revolean bombachas al escenario; crecí y fui descubriendo que más allá de Infierno existe un mundo. No volví a escucharlos todos los días ni compré su último Cd.
Hoy suena Efecto Secundario y casi con nostalgia me acuerdo de lo lindos que fueron esos días. Sé que nunca me voy a olvidar de mis días como devota del señor Taranto y sé que si algún día tengo la suerte de cruzarmelo por la calle, lo secuestro.

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