Let me tell you something

Lo más cómico de esta situación es que tu esfuerzo por hacerme sentir miserable y tan triste no te está funcionando. Y yo sé que te estás esmerando un montón, o sea ponerse a pensar en maneras para  hacerme sentir mal es tooodo un gasto de energía... Por eso lo reconozco y como no quiero que te sientas tan frustrado, hasta te hice un espacio para que figures -por lo menos- en mi blog.
 Dejáme entonces tirarte un par de ideas: Imprimí mi peor foto, pintame unos lindos bigotes, escribí una fábula y convertime en la protagonista de una historia miserable, publicala, llenate de guita, ganate un premio y agradeceme por haberme conocido.
 No, mejor dejá, no me agradezcas nada... El placer es todo mío, gracias por existir y hacerme sentir tan importante. No te guardo rencor, ni tampoco te deseo lo peor; no me importa lo que hagas, lo que digas ni lo que pienses porque no me generás ningún tipo de sentimiento. Y perdonáme si estoy siendo muy frontal, disculpáme si no es lo que creías... Hay mejores  cosas que podrías estar haciendo con tu vida en lugar de intentar hundirme, pero si en serio consideras que te hace mejor persona o te beneficia en algo, seguí tranquilo nomás que no me molesta.